sábado, 1 de mayo de 2010

Bienvenido Mister Guiri


Al poco de casarme, paseabamos un dia mi mujer y yo por la Plaza de la Catedral y contemplabamos una escena de lo mas cañi. El casi momificado dependiente de la ya defuncionada tienda de recuerdos Escobar regateaba  por un par de postales con una sesentona turista, a la que trataba de sisar voz en alto desde la puerta de su tienda al grito de "guan dolar, guan dolar". Escobar cerro y el dueño hace ya que cultiva malvas en el patio de las idem, pero pocas cosas han cambiado en nuestra ciudad con respecto al trato al turista.
Pues menudo cabreo hay en Cadiz en el sector comercial del casco antiguo por la poca respuesta obtenida a la iniciativa de abrir las tiendas a la hora de almuerzo coincidiendo con la llegada de varios cruceros al muelle gaditano!. Comprendo hasta cierto punto la frustracion en una ciudad azotada por la ruina economica y deseosa de un clavo ardiendo al que agarrarse para escapar de las llamas del infierno,  pero me entra risa al "escuchar" en la prensa a dependientes de tiendas como Goya o Moral quejarse de la nula repercusion en las ventas del desembarco "guiri": De verdad esperaban que los turistas, en su mayoria pensionistas, se pasaran una mañana de sol dentro de esos establecimientos? Me puede decir alguien para que querria un americano cincuenton de sandalias y calcetines marrones comprarse un traje de 300 euros en la tienda mas desfasada de todo Cadiz? Pensaba realmente el dueño de Goya que un turista bonachon britanico, de los de gorra en astillero y piel agambada, se iba a meter en su chamuscada tienda para comprar ropita de bebe cursi y a precios prohibitivos?
Un poco de estudio de mercado haria descubrir al comerciante gaditano, otrora culto y emprendedor segun nos cuentan los libros de historia, que el crucerista viene a Cadiz obligado porque es escala de su buque y nada mas. Que los que bajan del barco vienen a darse un paseo, a tomarse una paella con un cafe a las 11 y media de la mañana y, los mas aventureros y/o cachondos, comprarse un gorro de mejicano en cualquier tienda de recuerdos.
Se lamentaba en el Diario de Cadiz el dependiente de la alcanforada papeleria Recio de la Plaza Las Flores de que no entro ningun turista en su tienda y que no pensaba mas abrir a la hora de la comida. Que pensaba este buen señor que podria interesar de su tienda al guiri rosadito? un cuaderno de caligrafia de Rubio, un busto de escayola del Cristo de las Llagas o el ultimo libro de Alfonso Ussia?
Para abrirse definitivamente al turismo internacional a Cadiz le hace falta algo, mucho mas que abrir las tiendas a la hora de comer. Hacen falta comerciantes al tanto de lo que se cuece por ahi allende las Cortaduras (sabeer que un turista ingles nunca se gastara una fortuna en un trajecito de Goya para sus nietos porque aqui, en los supermercados de Tesco lo encontraran casi gratis). Hacen falta tambien camareros amables, dependientes sonrientes, precios asequibles, menus y cartas traducidas por profesionales y, sobre todo, desterrar esa nefasta vision del "guiri" (odiosa palabra- seamos honestos: si describimos al visitante con un termino tan peyorativo como este, como esperamos ofrecerles calidad?) como un imbecil al que hay que dar coba cuando y como sea.
O aceptamos sin complejos que Cadiz es una preciosa y pequeña ciudad "de provincias" que languidece al arrullo de sus olas o nos ponemos todos a una a convertirla en una ciudad turista de primer orden mundial. Todo lo demas sera como aquella escena de la gran pelicula de Berlanga en la que los pobres catetillos se quedan con un palmo de narices viendo al yanqui pasar de largo.

La Opinion (re)Publica

Traduzco lo siguiente de la seccion de cartas al director de la revista britanica "The New Statesman" (El Nuevo Estadista, para aquellos no duchos en el idioma de Guilliam Chespir):
"...el republicanismo es mucho mas que cargarse a la Reina pero (...) la Monarquia esta lejos de ser la ultima de nuestras preocupaciones. La Monarquia no es solo anacronica y cara, es la base de nuestra constitucion. Su abolicion no es un capricho, sino el primer paso en el camino a una democracia plena".
Suscribo al 100% las palabras de este lector, y hago mio un pensamiento al que he ido llegando paulatinamente mientras me acerco peligrosamente a convertirme en un cuarenton desilusionado.
(PD- Me gustaria que otro casi cuarenton cabreado, mi amigo Javier Perez, me explicara por que ser republicano es, para el, no querer a España.)