sábado, 27 de noviembre de 2010

Dos amigos

Tengo dos amigos de esos a los que no hay que ver cada dia ni irse de borrachera con ellos para saber que siguen acordandose de uno y uno de ellos. Mis dos amigos son vinyeros, los dos de la calle Angel y aunque cada uno de ellos hace un vinyerismo diferente los dos son hijos del matrimonio de la sal y la luz del faro de la Caleta.
Mis dos amigos me han dado una alegria muy grande en los ultimos dias, tan grande que han pasado casi dos semanas y aun estoy dando saltos de contento por ellos. Mis dos amigos van a ser padres (cada uno por un lado, por cierto, que aunque progresistas, los dos son de los que gustan de hembras).
Mi amigo Jose Luis Fatou es parte de mi vida desde que tengo uso de razon. Hemos compartido, desde muy chiquititos, partidos de futbol en un querido e inolvidable patio de colegio, tangos y cupleses, lagrimas por un primer premio en la plaza de Fragela, confidencias, bromas y alegrias, y sofocones y satisfacciones con esos Cadiz y Barsa de nuestros amores. Mi amigo Jose Luis estuvo a mi lado una vez que me senti muy solo y yo no estuve ahi al suyo para devolverle el calor cuando hace poco mas de dos anyos la vida, que a veces se porta como una mala puta, estuvo a punto de quitarselo todo. Mi amigo Jose Luis tiene a una companyera guapisima, Silvia, que camina a su lado desde que eran los dos unos ninyos y ahora empiezan juntos el camino mas bello que jamas hayan recorrido. La vida casi te lo quita todo un dia, amigo Jose Luis, pero ahora esta a punto de devolvertelo con creces.
Mi otro amigo, otro Luis, es parte de esta historia desde que con cara de ninyo asustado se colo casi de la mano de su prima Susana en una exposicion sobre Elvis de aquellas  que organizabamos en los viejos tiempos y desde entonces, aunque casi no nos vemos, tengo la gran suerte de conocerlo. Luis, como yo, decidio un buen dia, que las murallas de Cadiz, las murallas del tedio, del paro y el conformismo, se le hacian muy pequenyas y decidio volar lejos de su cuna de la calle Angel y comparto con el esa extranya relacion "ni contigo ni sin ti" que tenemos con nuestra ciudad muchos de los que vivimos lejos de la querida Tacita. Estamos felices de tener una vida diferente a la que nos esperaba alli abajo, pero sabemos tambien que nuestros pulmones viven con un aire prestado, porque el aire puro y verdadero solo lo respiramos 2 o 3 veces al anyo cuando bajamos por vacaciones.
Ahora hay una cosa mas que me une a mis dos amigos y es esa cosa tan dificil y tan bella que se llama paternidad. No soy persona de rezos pero lo haria si supiera que va a servir para que Silvia y Maria lleven sanas el embarazo y dentro de 7 u 8 meses los llantos infantiles se conviertan en la musica de vuestras horas. Ahora llega el momento en que madres, padres, suegros y suegras, hermanos, hermanos, cunyados y companyeros de trabajo, amigos y conocidos os llenaran la cabeza de consejos, advertencias, historietas, tostones y batallitas miles. Ahora es cuando tendreis que armaros de paciencia y sonreir ante las palabras de los que os hablen con la mejor de sus intenciones, aunque sean unos pesados.
Pero cuidado que tambien vendran los agoreros, los egoistas que no quieren ninyos porque cuestan dinero, porque son mucha responsabilidad, porque no se puede viajar ni salir de marcha con ellos, porque ensucian y hacen mucho ruido, porque en el futuro os van a pagar metiendoos en un asilo.... y querran asustaros y quitaros las ganas. Estaran incluso felices si arrancan una mueca de preocupacion a vuestros rostros expectantes. Pero a esos ni puto caso. No saben lo que es que un hijo te agarre de un dedo con su manita y te mire a los ojos. No sabran nunca lo que se siente cuando la sangre de tu sangre te llama "papi" y cuando mas adelante te dicen "te quiero".
Claro que vendran noches sin dormir, culos que limpiar, baberos que lavar, biberones que preparar, facturas que pagar...pero miradme a mi. No cambiaria ni un solo minuto de los que  me han hecho perder al suenyo mis tres hijos, ni una sola de sus sonrisas ni una sola de sus lagrimas por todo el dinero ni toda la libertad del mundo.
Un abrazo muy grande a mis dos buenos amigos.