Traduzco lo siguiente de la seccion de cartas al director de la revista britanica "The New Statesman" (El Nuevo Estadista, para aquellos no duchos en el idioma de Guilliam Chespir):
"...el republicanismo es mucho mas que cargarse a la Reina pero (...) la Monarquia esta lejos de ser la ultima de nuestras preocupaciones. La Monarquia no es solo anacronica y cara, es la base de nuestra constitucion. Su abolicion no es un capricho, sino el primer paso en el camino a una democracia plena".
Suscribo al 100% las palabras de este lector, y hago mio un pensamiento al que he ido llegando paulatinamente mientras me acerco peligrosamente a convertirme en un cuarenton desilusionado.
(PD- Me gustaria que otro casi cuarenton cabreado, mi amigo Javier Perez, me explicara por que ser republicano es, para el, no querer a España.)
En efecto. Una cosa, en principio, no conlleva la otra. Pero las lecturas hay que hacerlas desde el contexto donde se producen los hechos. En esta España, donde afortunadamente para tí ya no vives, se confunden continuamente las cosas. Sin ir más lejos, hace relativamente poco, un diputado de ERC mostró su enorme interés en analizar publicamente el papel de Alfonso XIII como desbocado franquista (!?!?!?), cosa que a cualquiera que tenga un mínimo de cultura puede exacerbarle los más bajos instintos. Logicamente, con esta clase política que tenemos poco podemos demandar a los votantes. De tal palo tal astilla. Así que la situación de nuestra querida España es la siguiente: si quienes nos dirigen tienen tan poco conocimiento de incluso nuestra historia tan reciente... el pobre diablo de a pie, que sólo sabe disfrutar de la Playstation y demás gilipolleces varias...
ResponderEliminarMi enemigo no son los republicanos. Son esa panda de confusos, de endebles mentales, esa panda maleable, vulgar y ociosa, que creen que asistir a una manifestación es enarbolar una bandera... esa gentuza que en lugar de movilizarse contra lo que hay que movilizarse, se contentan con hacerse una fotito con la bandera tricolor, sin conocer ni un puto ápice de su significado, sin conocer absolutamente nada de nuestro pasado, por muy malo que éste haya sido. Chusma fácil de moldear, que dan muchos votos, desde luego.
Ese es el verdadero enemigo de este puto país.